Domingo en Estocolmo: rojo sobre blanco
El domingo era nuestro último día “hábil” de vacaciones, así que la sangre escandinava que no tengo me despertó a las 7 de la mañana fresca y lozana y con ganas de irme a correr como una sueca más. En la ducha iba imaginando la felicidad de salir a la calle, abrir los pulmones y saludar al sol de Estocolmo… Aún así no me dejé amedrentar por el frío, la nieve ni el viento y volví a irme de paseo…